EL APOCALYPSIS CHILENSIS 2.0 (CUARTA PARTE).
Y continuamos desmenuzando las historias ocurridas durante el terremoto y posterior maremoto ocurridos la tarde-noche del 16 de Septiembre Monumental de este año. Lo que vamos a ir contando, ocurre en la Cuarta Región de Coquimbo, región afectada por el guascazo, donde ya se declaró "zona de catástrofe a toda la provincia de Choapa, a la comuna de Coquimbo y ahora, a la provincia de Limarí, que comprende las comunas de Combarbalá, Monte Patria, Punitaqui, Río Hurtado y su capital, Ovalle.
Desde la Zona Cero de Coquimbo por Baquedano, salimos a la calle Domeyko para tomar la Panamericana Norte, empalmar por la Av. La Cantera hasta Tierras Blancas y tomar la Ruta CH-43, para en una hora y cuarto llegar a la ciudad de Ovalle, no sin antes pasar por la Cuesta Las Cardas y el Embalse Recoleta. Ya en Ovalle, avanzamos por Manuel Peñafiel hasta Ariztía, empalmamos con Benavente para entrar al Unimarc, lugar donde la cuatiquera y la caída de botellas de licor fue de aquellas. Continuamos por Benavente hacia la cordillera y en el Open Plaza nos encontramos con un Tottus, donde al momento de producido el terremoto, gran parte de la mercadería se vino al suelo y las botellas de tintolio llegaron a quebrarse, provocando un derrame de aquellos, claro que uno de los trabajadores del local casi se sacó la cresta cuando corría hacia la bodega. Salimos del recinto por Benavente y Maestranza hasta Ariztía, empalmamos con la calle Recinto Estación y, nos encontramos con un tremendo callejón oscuro en el Líder; es ahí donde el terremoto los dejó a oscuras y con la mercadería por el suelo, sumado a la gente que corría despavorida en medio de la noche. El ambiente en los sectores residenciales de Ovalle, también fue de histeria colectiva.
En Ovalle se registraron cuatro heridos, 299 evacuados del sector costero, 1.680 damnificados y, daños estructurales en múltiples viviendas, contando daños en la Iglesia Corazón de María (Miguel Aguirre con Tangue) y en las dependencias de la Municipalidad local, mas una serie de rodados en la ruta a Combarbalá y, un desnivel en el Puente El Teniente (Ruta 5 Norte, Km. 335)
Desde la rotonda de Monte Patria, la carretera se va en dirección sur pasando varias curvas y bordeando el embalse para pasar por El Palqui; posteriormente, pasamos por Guatulame, Chañaral Alto, Los Morales, San Marcos, La Ligua de Cogotí, el Embalse de Cogotí y, finalmente en este trayecto rematamos en Combarbalá, pequeño pueblo donde el terremoto también llegó con fuerza y la comuna sigue con sus servicios básicos cortados, aparte de los daños estructurales, damnificados y albergados. En Combarbalá, hay cinco colegios que quedaron inhabilitados.
Salimos de Combarbalá por la Ruta D-71, que presenta una serie de rodados en su trayecto hacia Illapel, por lo que es necesario manejar con precaución. Se pasa por la Planta El Salitral, luego sigue un trayecto largo hacia el Cruce Quelón, se vira a mano izquierda y se toma la Ruta D-705 que va por la Cuesta El Espino, la Reserva Natural Las Chinchillas y el Aeródromo Aucó; desde allí se llega directo a Illapel, epicentro del guascazo, donde la mayor cantidad de viviendas resultaron dañadas, ocho coles quedaron como la callampa, las casas de adobe se desplomaron por completo, los pirquineros se salvaron y una fémina se fue al pijama de madera producto de la caída de un muro en un restaurante. Asimismo, los caminos hacia el interior, resultaron intransitables por cortes y rodados. Estuvieron con el agua y la luz cortada y, se decretó zona de catástrofe.
Continuamos el circuito saliendo desde la calle Constitución hasta la calle Rancagua, donde tomamos la Ruta D-81, que bordea sectores empinados y el orígen del río Choapa. Se cruza un estero que termina en el río Choapa y se entra a Salamanca, poblado precordillerano de la Cuarta Región, que presentó las matrices de agua potable totalmente dañadas, lo que dejó a sus habitantes sin el vital elemento por dos días. Estuvieron también sin luz y, solo dos familias albergadas en recintos municipales.
Lo peor de todo, es que un cuartel de bomberos se hizo mierda y, toda la mercadería de un supermercado se desparramó por completo.
Regresamos por la Ruta D-81 hasta Illapel, luego retomamos la Ruta D-705 hasta el cruce Quelón y, luego tomamos la Ruta D-71 que va desde Combarbalá hasta la Panamericana Norte. En esta ruta pasamos una zona de rodados, luego pasamos Canela Alta y llegamos al lugar físico del terremoto, Canela Baja, distante a 298 kilómetros de Santiago, donde las casas de adobe cedieron rápidamente, varios coles inhabilitados, muchos albergados en Huentelauquén y, más encima, hay una gran cantidad de parroquianos viviendo como gitanos. O sea, en carpas que mandó la muni local.
El borde costero de Los Vilos, desde Chigualoco hasta Pichidangui, siempre tiene riesgo de tragarse un maremoto, ya que las construcciones se encuentran a 20 metros sobre el nivel del mar. Y lo mas pencahue de todo, es que tras el maremoto, aparecieron pandillas de saqueadores para robar en las casas que estaban completamente destruidas, y habían solo 12 polis resguardando. No se puede vivir en paz... ¿O es muy tonto lo que estoy diciendo?.
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