OPERACIÓN SANTA PATRICIA 3.0, NI AHÍ CON EL QUE CAE (445ª PARTE): EL CASO UBER (3).

  Con "Rollin" de los Limp Bizkit, damos inicio a un nuevo capítulo de la Operación Santa Patricia, que nos trae la cuatiquera que está dejando Uber con los taxistas de techo amarillo y al Gobierno corrupto pisándose la cola (como siempre).
  El periódico digital "El Quinto Poder", nos trae a la palestra los 10 puntos en que se origina el caso, que tendrá ahora que tarificarse en este Peaje en la Ruta.

1.- EL QUE RECIBE LA INFORMACIÓN DEL SERVICIO EN CUESTIÓN: No he usado nunca Uber, pero me lo han recomendado muchas veces y he recibido, por lo tanto, muy buenos comentarios del servicio.

2.- EL ENCARECIMIENTO DE LOS COSTOS PARA LOS TAXISTAS DE TECHO AMARILLO: Entiendo que los taxistas de techo amarillo pagan un derecho no barato por entrar al sistema (entre 10 y 15 millones de pesos, escuché), debiendo ser autos de no más de 3 años de antigüedad, con 2 revisiones técnicas al año y otras supervisiones, como tener licencia de conducir clase A1.

3.- EL SERVICIO QUE ENTREGA UBER, A DIFERENCIA DE LOS TAXIS TRADICIONALES: Entiendo, al mismo tiempo, que sin tener todas estas supervisiones extra, conductores y autos Uber entregan un servicio más cómodo, porque son incluso vehículos mejor mantenidos, “con conductores menos estresados”, según indican varios pasajeros. 

4.- PAGO CON TARJETA DE CRÉDITO: A la vez, el servicio Uber puede llegar a ser más barato (no se paga en efectivo, sino se descuenta vía tarjeta de crédito), pero también es cierto que si vemos que están exentos de varias obligaciones que los taxis corrientes, es un poco lógico que pueda ser más rentables. Ahora bien, también creo que quienes se suben a un Uber, ya no lo hacen por dinero, así que si sube el valor de cada viaje por posibles futuros deberes, no será un impedimento para que sigan usando el servicio.

5.- CONDUCTORES INFORMADOS: Por otro lado, muchas de esas buenas personas que me lo han recomendado son profesionales preocupados por las injusticias del Chile actual. Es posible ver, por ejemplo, en sus perfiles digitales, harta información de personas que, independiente de dónde sacaron la plata, mantienen cuentas en paraísos fiscales para no pagar impuestos en Chile.

6.- EL PROBLEMA, ES QUE NO PAGAN IMPUESTOS: Los conductores Uber, entiendo, no pagan impuestos y, pese a las cifras claramente no guardan proporción, el omitir deliberadamente una obligación legal es igualmente un delito.

7.- ESTA MIERDA DE GOBIERNO, SE SIGUE PISANDO LA COLA: Si el Ministerio de Transportes ha declarado que Uber es una actividad ilegal, cualquier persona que se suba a un taxi Uber está propiciando un delito. Es decir, imagino que nadie de gobierno se sube a uno, menos de ese ministerio. Si es así, el gobierno, indirectamente, se pisa la cola y deberá admitir que sus funcionarios hacen caso omiso de la ley.

8.– LA COMPARACIÓN CON LOS RIFLEROS: Con esto me acuerdo de mis colegas periodistas titulados que siempre alegan contra los “rifleros”, que serían periodistas no titulados (que, supuestamente, no pagaron varios esfuerzos y derechos que ellos sí) y que son contratados por varios medios, muchas veces, por menos dinero que un profesional titulado. Y varios amigos periodistas los usan.

9.- LOS TAXISTAS DE TECHO AMARILLO NO SE ACTUALIZAN: Sin duda, el nuevo servicio y la información que ha aparecido de ambos sistemas estos días, deberá ayudar a buscar nuevas formas, desafíos y prácticas a los taxistas de techo amarillo.

10.- LA CONCLUSIÓN: En definitiva, creo que a este u otro gobierno, no le quedará otra que abrirse a este sistema innovador, con todas las reglamentaciones necesarias  que conlleve, donde para muchos personas ha significado un nuevo oficio o pituto rentable y para cientos de pasajeros, un mejor servicio para sus traslados privados, que incluso les da la posibilidad de calificar (un sistema que ya nos ha ayudado mucho en plataformas como MercadoLibre, por ejemplo). Sin duda, son nuevos tiempos.

En el próximo capítulo, nos vamos a adentrar en la cuatiquera que tiene a los taxistas y uberlindos en pie de guerra.