sábado, 2 de julio de 2011

ANTONIO VESPUCIO LIBERTI, SACÚDETE EN TU CRIPTA (PARTE 9): LA CRUENTA GUERRA CIVIL DEL BARRIO DE NÚÑEZ Y EL TRISTE FINAL PARA UN DESCENSO.



La batalla campal más funesta, ha llegado a dar la vuelta al mundo. Claro, si el descenso de un grande de Sudamérica como River Plate, no es para la risa, ya que se trata de un grande que se va a los potreros, sea por malas campañas en los últimos tres años, sea porque los mandamases han dejado la escoba en materia dirigencial, sea porque el hoyo financiero de 261 milloncejos de tellebis verdes los tenía con el agua hasta el cogote, sea porque Aguilar y sus secuaces se despilfarraron toda la plata vendiendo jugadores, etc, etc, etc.
Todo lo que partió en las galeras del Monumental de River Plate, se trasladó rápidamente al anillo interior, justo cuando jugadores como el Keko Villalba, Fabián Bordagaray, Roberto Pereyra, el Juampa Carrizo y Erik Lamela, no paraban de llorar como la Jennifer Mayani cuando el moai Uri-Uri la ninguneó en privado. Mientras los peloteritos de la Banda Sangre, aún no paraban de llorar por haberse ido a los potreros, los barrabravas "gallinas" entraron a romper todo lo que había dentro, y con la clara intención de destrozarlos a todos.
La cuatiquera de los pendejos, iba en aumento cuando hicieron pebre la Portería, la Sala de Prensa, el Museo de River Plate (no quisieron chorearse la camiseta de Marcelo Salas, que para ellos es su ídolo) y, otras dependencias más al interior del coloso que rodea las avenidas Udaondo, El Libertador, Quinteros y Figueroa Alcorta, en el ya convulsionado barrio de Núñez.
En la avenida Udaondo, comenzaron los disturbios entre los enfurecidos barristas y la Policía Federal Argentina (PFA), que se sintieron sobrepasados al minuto. Dos mil doscientos polis no daban abasto ante una turba que se descontrolaba sin misericordia. Dentro de la cancholia, el terror se apoderaba de quienes estaban allí dentro, más aún cuando los pasados a natre empezaban a tirar de todo desde la tribuna Sivori y, fueron bañaditos con guanaco. Pero lo más grave llegó luego, porque la avenida El Libertador se transformó en un verdadero campo de batalla, que dejó una estela de destrucción y barbarie tan fuertes como el mismo descenso a la B. Destrozaron depósitos de autos, locales de comida rápida, llovieron los camotes, volaron los garabatos, los fierros, las lacrimógenas..., y todo un cuanto hay.
Los revoltosos y los violentistas de la pastosa que no aguantaron el fuerte olor a potrero que dejaron los cañueleros de River Plate, transformaron los alrededores del coloso "Antonio Vespucio Liberti" en un hervidero. Pasaron de las bombas y la quema de papeles a la guerra de pirómanos, donde no hallaron otra cosa que dejar locales y tocos hechos mierda. Los dueños de automotoras, locales de comida rápida y demases, quedaron con cagadera al toque y miraron con pavor cómo se quemaan y perdían sus fuentes de trabajo, todo por la turba que se descontroló hasta el extremo.
Como resultado de esta trágica jornada, se registraron 89 heridos, 25 polis con lesiones e consideraión, 103 detenidos y 15 patrulleros hechos pebre.
A la mañana siguiente, el Fiscal entró a chupetear y clausuraron el estadio por 20 fechas, para que los "gallinas" jugaran de local. Ah..., y más encima, le pidieron la cabeza de la jefa de Seguridad. Y pa' más recacha, los revoltosos amenazaron a los peloteritos de river con amenazas de muerte en sus celulares. Impresentable y muy feo lo que hicieron. Y el coro monumental lo canta así, así, así, así, así...

"¡QUE SE MUERAN LOS FEOS..., QUE SE MUERAN LOS FEOS... ¡QUE SE MUERAN TODITOS, TODITOS, TODITOS, TODITOS LOS FEOS QUE SE MUERAN...!!".

http://www.youtube.com/watch?v=k2pGv6YRu6E

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