OPERACIÓN LUCIANO BELLO, NI AHÍ CON MADURO (Parte 2).

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  Llegamos a la segunda parte de esta Operación Luciano Bello, que ya llegó al fatídico 23F, día en que Venezuela fue un completo manto de lágrimas, por culpa de la nefasta DICTADURA del criminal colombiano Nicolás Maduro y sus patanes, quienes bloquearon de manera despiadada toda la ayuda humanitaria que la población civil pedía.

  Maduro, es
un criminal de guerra, pues lo que hizo con la ayuda humanitaria, al bloquear la frontera con Colombia y, mandar a reclusos y agentes cubanos para quemar tres camiones con cien toneladas de comida, medicinas y otras cosiacas, es catalogado según la Convención de Ginebra como un CRIMEN DE LESA HUMANIDAD y, por lo tanto, el narcodictador debe enfrentar a la Justicia Internacional, al paredón en Guantánamo -donde puede purgar un canazo de 20 años-, e incluso, al pelotón de fusilamiento junto a sus amigos con ventaja. Todo porque, Narcolás perdió en Cúcuta y, porque Juanito Guaidó pidió ayuda a los presis de Ecuador, Colombia, Paraguay, Brasil, Perú, Chilito lindo y..., a Papi Trump, para que la ayuda entrara por las fronteras.

  En la frontera con Brasil, la cosa iba bien, porque la ayuda había entrado. Sin embargo, en los puentes Bolívar, Unión y Francisco de Paula Santander, las cosas empeoraron pasado el mediodía, ya que los patos malos disfrazados de milicos, se agarraron a bombazo limpio con los que se arrancaban del asedio de estos animales que mandaban sus siniestras ordenes desde Miraflores. Mientras eso pasaba, aparecieron las primeras deserciones de milicos que, abrumados por las constantes mentiras de Maduro, se fueron rapidito a las filas de Guaidó, lo que se entiende como la primera fractura en el ejército venezolano.

  En Caracas, el narcodictador se burlaba de los hechos, gritando a los cuatro vientos que había aplastado a Trump y los suyos y, que esa ayuda que finalmente fracasó, era un circo. Y más aún, el maraco de mierda se puso a bailar, lo que indignó al mundo entero, que después de esto, empezaría a reaccionar fuertemente, elevándole todas las aanciones económicas a Narcolás y sus patanes.