LA SUCESORA DEL GRAN DAVID.

A Rocío Adela Ibáñez Narváez la empecé a conocer alrededor del año 1995, cuando ella ejercía el cargo de Inspectora General, estando Don David Catilao Riveros en la Dirección de mi querido Liceo Purkuyén, plantel del cual estoy tremendamente orgulloso de haber pertenecido y de seguir visitándolo de manera contínua. Desde ese momento, pensé que ella podría llegar a ejercer un alto cargo en el liceo años más tarde, pero lo que nunca me imaginaba era la forma cómo esto llegaría.
Esto lo digo porque la repentina salida de nuestro Gran Guía y Fundador, nos ha dejado muy perplejos a todos los Purkuyeninos que, a mediados del año 2005, tuvimos que enfrentar su alejamiento ante un Concejo Municipal que tuvo a uno de sus miembros tratando de inútil nuestra defensa, pero que fue parado en seco por el Alcalde. Nosotros queríamos un cargo honorífico para él, pero no se pudo..., y Rocío Ibáñez estaba con nosotros en esa jornada.
El período de Rocío Ibáñez como Directora, marcó para mí una etapa de transición que ha seguido posicionando al Purkuyén como uno de los mejores establecimientos educacionales de la zona sur de Santiago. Mantuvo vivo el espíritu que nos ha caracterizado desde hace 38 años. Ha hecho un trabajo acorde con los desafíos que se ha planteado. Se han logrado importantes resultados en los ámbitos escolar y extraprogramático. Se ha mantenido una estrecha colaboración entre Centro de Alumnos y el resto de la Comunidad en diferentes actividades. Se ha podido suplir el alejamiento de la Srita. Claudia Carreño en Orientación. Se ha renovado el staff de cocineras. Ha llegado bastante savia nueva entre Profesores y Paradocentes. Se ha logrado mantener la seguridad del establecimiento, a través del enrejado interior que se ubica en el Hall Central con acceso al patio. Y se ha hecho un gran trabajo en equipo para que esto siga funcionando de la mejor manera.
Con la culminación de su período en la Dirección, Rocío Ibáñez deja el cargo, pero -creo yo- no el Plantel de Bellos Recuerdos Queridos, que tampoco la va a dejar. Quien la suceda en el cargo, tendrá la difícil misión de mantener el espíritu y la mística que ha caracterizado al Centro Educacional Purkuyén, lugar en donde el recuerdo de Don David Catilao sigue y seguirá vivo por los siglos de los siglos.

Aún queda mucho por hacer. Los Hijos de la Luna Nueva tenemos que darle las Gracias.

HASTA SIEMPRE, SRITA. ROCÍO.